sábado, 24 de marzo de 2012

Cerveza y postmodernidad



En primer lugar voy a empezar disculpándome, como los que saben que están haciendo algo mal (Excusatio non petita accusatio manifesta). Me disculpo ante los filósofos porque esto no va a ser más que unas breves notas, un esbozo, creo que podría dar mucho de sí, de hecho creo que podría dar para un libro bastante contundente, hay muchos elementos a analizar, pero esto no es más que un blog y yo no estoy por la labor (quizá algún día…) así que la cosa no va a ser muy rigurosa. Ante los cervezófilos tengo que disculparme porque puede que parezca demasiada elucubración y un poco tontería llevar la cerveza hasta este terreno, pero bueno, a mi me parece que las cosas encajan y bueno, ¡qué diantres!

Realizada la apología, la estructura de la idea es bien simple:
1. Breve exposición de lo que entiendo por postmodernidad.
2. Breve revisión del mundo cervecil desde 1970 hasta la actualidad.
3. Corolarios.

Sin más dilación vamos al tema:

1. Entiendo por postmodernidad aquel periodo de la historia surgido a mediados del Siglo XX como consecuencia del fin de Modernidad. No voy a entrar ahora en valorar si la Postmodernidad continúa o por el contrario reacciona frente a la Modernidad, lo único que dejo claro es que es sucesivo a ésta. En toda sociedad existe un centro legitimador, que se conoce como metarrelato, que cohesiona y articulan el todo social. Así, en las sociedades premodernas, el metarrelato era de origen mítico y religioso, en la modernidad ocupan su lugar los metarrelatos basados en la Razón Ilustrada. La postmodernidad es la época de la historia en la que los metarrelatos se han mostrado falsos y ya no tienen capacidad legitimadora, esa es la principal característica de la postmodernidad. Por lo tanto, el fin de los grandes relatos modernos, omniabarcantes e incompatibles entre sí, supone la afirmación de los microrelatos, pequeñas cosmovisiones más laxas, flexibles y permeables, que permiten explicar mejor la realidad pero que, al mismo tiempo, suponen el relativismo extremo, todo vale, al no haber ya una verdad absoluta que no pueda ser negada. En cambio hay muchas verdades y pueden relacionarse unas con otras sin contradecirse entre sí.

2. En 1965 Fritz Maytag, en San Francisco, salvó la Anchor brewing del cierre por bancarrota, pero no sólo la salvó, sino que tuvo que refundarla y lo hizo de tal forma que cambió completamente el estilo de hacer cervezas de su empresa, en lugar de fabricar un producto convencional decidió apostar por el cambio y comenzó así la revolución cervecil de finales del Siglo XX. Después de Anchor fueron surgiendo poco a poco algunas cerveceras a lo largo y ancho de los Estados Unidos, probablemente la más conocida sea Sierra Nevada, fundada en 1979, también en California, la cual empezó también como una microcervecería pero que con el paso del tiempo se ha convertido ya en la cuarta cervecera más importante de todo los EEUU por volumen de producción. (Espero poder dedicarle otro post a las implicaciones políticas de esto) pero el caso es que, como todos sabemos, desde entonces, esto ha sido un no parar. Las microcervecerías en EEUU no han dejado de aumentar, han surgido en otros países anglosajones, en el resto de Europa, se ha potenciado su presencia en países de tradición cervecera, como Bélgica e incluso en otros más tradicionales como Alemania y están surgiendo sin parar en países en los que teníamos menos tradición como el nuestro.
Lo que nos interesa ahora es el tipo de cervezas que se hacen desde principios de los 70 hasta ahora, porque lo que se ha hecho es reformular, mezclar, recuperar y deconstruir los tipos de cerveza tradicional. Como hemos dicho, la cosa empezó en EEUU, recogieron las diferentes tradiciones de los distintos países europeos, sobre todo Inglaterra, pero también Bélgica, Alemania y Chequia, pero no sólo los recrearon, sino que los mezclaron entre sí, creando por ejemplo IPAs o Imperial Stouts al estilo belga, llevaron los límites hasta el extremo, haciendo cervezas muy amargas o con muchísima más graduación de lo habitual, recuperaron estilos perdidos o casi perdidos, o crearon cervezas nuevas cuyas categorías, a priori, no deberían coincidir, como las IPAs oscuras (lo cual es una propia contradicción en los términos ya que IPA significa Indian Pale Ale y la traducción de Pale es Pálida, que es el tipo de malta mayoritario en este tipo de cervezas y que, evidentemente, no es oscura) de tal forma que en ocasiones los límites entre los propios estilos se han desdibujado. Es verdad que el hecho de no tener una tradición de siglos les permitía a los americanos jugar con la cerveza como hicieron, dando lugar a esos estilos nuevos que tanto nos gustan, como las “American Strong Ale”, todo un universo en el que la única regla que hay es que la cerveza sea como un peloti. Mientras que en otros países de más tradición era más difícil salirse de esta misma, por lo que se mantuvieron los estilos clásicos durante unos años, pero como hemos comentado antes, poco a poco estos también fueron cayendo, dando lugar a triples belgas superlupulizadas o bitters con levadura belga.

3. Por todo lo expuesto, creo que se puede decir que la revolución cervecil empezada, como hemos dicho en Frisco por Fritz Maytag y que ya se ha extendido por todo el mundo, es claramente postmoderna. Vivimos en la época de las cervezas postmodernas porque ya no hay grandes metarrelatos cerveciles, esto es, no hay un número determinado de estilos tradicionales e intocables que hay que repetir una y otra vez hasta la saciedad, ahora podemos crear estilos nuevos y experimentar con los ya existentes, por eso podemos tomarnos una porter de estilo belga hecha en Alemania y no nos escandalizamos.
Es evidente siempre habrá gente más tradicional que seguirá prefiriendo su cerveza “de toda la vida”, sin experimentos ni cosas raras, pero también es verdad que cada vez esto va a mas. Y yo, en este caso (no así en otros) lo celebro con una pinta de Saison con Guayaba!

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